Lo anunció en su cuenta de Twitter: a los 32 años de edad Carla Rebecchi dejó la selección argentina. Las Leonas perdieron así a la capitana de la era Post Lucha, a una de las máximas goleadoras de la historia albiceleste, y –no menos importante- a la última gran referente de la generación dorada.
“Durante estos años (14 vistiendo la celeste y blanca) la selección fue mi prioridad” dijo en su cuenta personal, “siempre di el 100% y más, hoy siento que no puedo dar eso, que mis prioridades cambiaron y que tengo otras cosas por vivir”.
Así, la campeona mundial en 2010 y tercera del mundo en dos oportunidades, la séxtuple campeona de Champions Trophy, y la doble medallista olímpica, dijo adiós a su tan querida selección. A esa que desde el año 2003 integró, consiguiendo ya el Campeonato Sudamericano.
La goleadora de Muni cerró su descargo con una frase que la pinta de pies a cabeza con la humildad y sencillez que la caracteriza: “Fue un gran orgullo para mí formar parte de este gran equipo de Las Leonas. Estaré eternamente agradecida” culminó.
Una pequeña reseña.
A principios del 2000 tuve el agrado de conocerla y entrevistarla, bajo lluvias torrenciales de otoño en el Club Ciudad de Buenos Aires, su casa, donde repartía goles y magia bajo la atenta mirada de su familia, siempre firme detrás de las vallas. Pasado el tiemo y los títulos pude comprobar que esa Carla no cambió. Ya sea aante un tímido grabador de cassette o frente a los flashes de todo el mundo, la última gran heroína de Las Leonas fue siempre igual: grande. Y sin duda lo seguirá siendo.
